Superpoderes
Tengo superpoderes.
En mi piel, en mi oído y en mi corazón.
Mi piel sabe dos cosas:
pronosticar el futuro y
lo que más conviene para mí
y para mi entorno.
Mi oído: al escuchar la conversación ajena
e inclusive la propia,
como el Buda,
puedo conocer lo que sucede aquí
o a años luz de mí.
Mi corazón, por su parte,
sabe la verdad.
Nada más.
El cosmos me ha dado problemas,
problemas cabrones,
pero también me otorgó superpoderes.
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