Velar es la puerta angosta
Estoy sentado bajo la
canícula de un cielo límpido en Santa Marta.
Sé que si sigo con mi
obstinación de no tomar reposo moriré.
Voy dejando una marca
profunda en mi sien
y tal vez mi interpretación
de Las Sagradas Escrituras
es temeraria al creer que
velar es la puerta angosta.
Pero hay fe en mí,
hay fe así esté masacrando
mis neuronas
y llevando como un caballo
desbocado mi corazón.
Es una marca profunda,
muy profunda para este
cochino mundo,
pero que traerá a mí algo
que,
en medio de esta situación
tan absurda,
llamo paraíso.
Comentarios
Publicar un comentario