Ser feliz
SER FELIZ
Seré feliz si me hablas de ti, sin un "yo",
sin un "a mi",
sin eso,
si.
Yo quiero que hables
de ti
al tiempo que predices mi futuro,
como el que lo hace sin intención,
abriendo mucho tus ojos oscuros
si el pronóstico ha de cumplirse
en algún punto inseguro,
mirando de reojo si es algo lejano,
desenfocando tu iris detrás de mi espalda
si tal vez es cercano,
volviéndote tartamuda
si hablas de mi vida pasada
y mirando cual loco si el futuro es seguro,
tema complejo
prohibido por Dios,
causa y efecto,
del principito la tos.
Porque Dios es complejo.
Todo depende de la cultura.
En lo que a mi me toca
seré como la roca más dura:
Soportaré con estoicismo la maldición de un antisemita
y para no llevar una vida maldita
bendeciré a un hijo de Jacob,
potente antídoto,
contra-efecto que para mi también es una bendición.
Lo haré porque mi corazón sólo necesita un suspiro,
de Dios un toque,
ojos muy abstractos,
y abstractos oídos.
Y es que no dejo de creer en los horóscopos
porque aun no descarto que el futuro se pueda predecir,
no descarto empezar la marcha en segundo cambio,
ni dejar de pensar que las gafas oscuras tienen algo de diablo,
mucho menos dejar de decir
que me gusta el sabor de los productos nuevos,
una experiencia casi de locura
así el sabor sea nauseabundo,
bien sabes que en esos y en muchos aspectos
soy un vagabundo
y la falta de letras me ha vuelto gago,
por eso te escribo en secreto
y en mi pecho siempre reprimiré ese tan difícil
te amo,
una palabra a la que siempre le pagan mal,
que a la gente le parece ridícula, pacata y banal.
El amor, el amor, el amor…las heces,
todo
parece
una metáfora
A veces…
Y para dejar
de encontrar
significados ambiguos a todo
saldré a las calles a volar,
encontrarme con Drácula
y ponernos a tomar
tal vez sangre,
tal vez ponymalta,
Sin un plan elaborado,
Sin importar que el planeta
se parezca a los hados.
Y sentarnos a ver a un perro dar vueltas detrás de su cola,
y Deprimirme sin mirar el suelo,
viendo el horizonte sin miedo,
como retando a un ángel,
Porque sabes que no soy el mismo de antes.
Vivo en constante cambio
y me gustan otros mundos,
aprender de otros y varios influjos:
la exquisitez y sofisticación de un dandi,
vivir bajo los efectos de su quintaesencia muy fancy,
dejar que dibuje en mis labios una sonrisa
y ser feliz;
de un deportista,
para liberar mis endorfinas con olor a santidad,
morderme los labios al sudar
y ser feliz;
de un académico,
para aprender una teoría
que me dé alegría,
y tal vez con él aprender
la fórmula de la valía
y ser feliz;
Y de un punkero,
salir con él a las calles amarillas
con 6 días de desvelo,
para al séptimo dìa
morirnos de una sobredosis de
pepapolvopapelporroyheroína,
y tocar el cielo...
ser feliz.
Seré feliz si me hablas de ti, sin un "yo",
sin un "a mi",
sin eso,
si.
Yo quiero que hables
de ti
al tiempo que predices mi futuro,
como el que lo hace sin intención,
abriendo mucho tus ojos oscuros
si el pronóstico ha de cumplirse
en algún punto inseguro,
mirando de reojo si es algo lejano,
desenfocando tu iris detrás de mi espalda
si tal vez es cercano,
volviéndote tartamuda
si hablas de mi vida pasada
y mirando cual loco si el futuro es seguro,
tema complejo
prohibido por Dios,
causa y efecto,
del principito la tos.
Porque Dios es complejo.
Todo depende de la cultura.
En lo que a mi me toca
seré como la roca más dura:
Soportaré con estoicismo la maldición de un antisemita
y para no llevar una vida maldita
bendeciré a un hijo de Jacob,
potente antídoto,
contra-efecto que para mi también es una bendición.
Lo haré porque mi corazón sólo necesita un suspiro,
de Dios un toque,
ojos muy abstractos,
y abstractos oídos.
Y es que no dejo de creer en los horóscopos
porque aun no descarto que el futuro se pueda predecir,
no descarto empezar la marcha en segundo cambio,
ni dejar de pensar que las gafas oscuras tienen algo de diablo,
mucho menos dejar de decir
que me gusta el sabor de los productos nuevos,
una experiencia casi de locura
así el sabor sea nauseabundo,
bien sabes que en esos y en muchos aspectos
soy un vagabundo
y la falta de letras me ha vuelto gago,
por eso te escribo en secreto
y en mi pecho siempre reprimiré ese tan difícil
te amo,
una palabra a la que siempre le pagan mal,
que a la gente le parece ridícula, pacata y banal.
El amor, el amor, el amor…las heces,
todo
parece
una metáfora
A veces…
Y para dejar
de encontrar
significados ambiguos a todo
saldré a las calles a volar,
encontrarme con Drácula
y ponernos a tomar
tal vez sangre,
tal vez ponymalta,
Sin un plan elaborado,
Sin importar que el planeta
se parezca a los hados.
Y sentarnos a ver a un perro dar vueltas detrás de su cola,
y Deprimirme sin mirar el suelo,
viendo el horizonte sin miedo,
como retando a un ángel,
Porque sabes que no soy el mismo de antes.
Vivo en constante cambio
y me gustan otros mundos,
aprender de otros y varios influjos:
la exquisitez y sofisticación de un dandi,
vivir bajo los efectos de su quintaesencia muy fancy,
dejar que dibuje en mis labios una sonrisa
y ser feliz;
de un deportista,
para liberar mis endorfinas con olor a santidad,
morderme los labios al sudar
y ser feliz;
de un académico,
para aprender una teoría
que me dé alegría,
y tal vez con él aprender
la fórmula de la valía
y ser feliz;
Y de un punkero,
salir con él a las calles amarillas
con 6 días de desvelo,
para al séptimo dìa
morirnos de una sobredosis de
pepapolvopapelporroyheroína,
y tocar el cielo...
ser feliz.
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