No adolescente

Como ya no soy adolescente ya no seré bello.
Seré calvo, gordo
y como ya no estoy en etapa de desarrollo,
seré bajito.
Ya no creeré en eso de tener un mejor amigo,
gran falacia,
y ni mucho menos creeré estar enamorado:
será el antídoto para dejar de ahogarme en un vaso
de pura
agua,
mierda,
igual, una gran falacia.

Asumiendo el rol que ya no tengo 15,16,17
años
cargaré con la responsabilidad de saber que,
aunque no lo sabía cuando tenía 15,16,17,
yo era realmente libre, a pesar de estar
encerrado
dentro del colegio 5 días a la semana
(aprendiendo formula del agua,
de la mierda,
da igual, gran falacia)
y otros dos días en mi casa repasando
la misma mierda que aprendía en el colegio.
Cargaré con la responsabilidad
de saber que era realmente
libre a pesar de que en ese entonces
no lo sentía
y sufriré estoicamente saber que,
a pesar
de que ya no tengo que estar encerrado
y tengo el mundo a mi disposición,
ya no seré libre.

Siendo un presidiario de mi nostalgia,
de mi conciencia,
registraré celosamente los rastros de un tiroteo
en mi pecho;
y como definitivamente no soy más adolescente
tendré ansias de conocer todos los bares de la ciudad,
de verdad,
sin dejar uno por fuera,
porque como no soy adolescente ya,
no querré tener la casa sola para hacer con ella
lo que me dé la gana,
botarla por la ventana,
sin pensar en ese fatal destino,
en ese "si al futuro",
en esa condición natural
del humano
que consiste en que cuando se es adulto,
o sea no adolscente,
no se va a querer,
como los progenitores,
exponer mucho el hogar a personas desconocidas,
inclusive conocidísimas...

...y con respecto a eso amaré sin claustrofobia mi hogar,
lo amaré como ama un oso su cueva durante el invierno,
pero me alejaré de la televisión porque en ella no saldrá
la revolución,
y para ser sincero prefiero evitar un espasmo cerebral
por el efecto satelital.
Sólo perdonaré el fútbol.
Y los titulares del noticiero únicamente para saber
que el apocalipisis aún no ha empezado, preocupaciones típicas
de aquel que ya no es adolscente.

Finalmente,
como ya no seré nunca más un adolscente,
empezaré a imaginar teorías
del por qué siento escozor en la nariz y,
en un acto humano,
me despreocuparé por cosas banales,
como haberme acostumbrado al tinitus
que aparece cuando se empieza a envejecer
y las células envejecen también
y se van muriendo.
Como uno lo va haciendo.
Como uno.


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